When the Well Runs Dry / Cuando el Pozo se Seca

When the Well Runs Dry

That is the title of a book that was published many years ago. It speaks about those times when we feel spiritually dry without the desire to pray.
I’m sure that we have all felt like that at times. Perhaps, many times throughout our lives. It seems like we just don’t have the energy nor the time to pray. We just feel empty. Without the desire to converse with God. Does it mean that there is something wrong with us spiritually? Or that we are weak in faith? Absolutely not! It happens to practically everyone and in some sense, it is natural.

You see, we live very busy lives and there’s a lot of energy that goes into everything that we need and want to do. And sometimes we just run out of energy. Now, when we combine that with the expectations that we may have about prayer such as that my prayer must always be full of energy and that I need to spend a specific amount of time in prayer, well that may contribute to my hesitancy to enter into prayer. The best thing to do is to let go of those expectations and stay in touch with the dryness that you feel.

The best way to come out of this state of spiritual dryness is to keep on praying even when you don’t feel like it. Simplify your prayer, but keep on praying. Let God know that you feel dry inside and that you’re having a difficult time entering into prayer. Let God know of how tired you are from all the responsibilities you have to attend to, but keep talking with God, keep praying no matter how brief the prayer is. Keep your communication with God going. It’s when we simply stop praying for an extended period of time that the dryness increases and we start feeling far from God. When we feel this way, we sometimes create even more distance from God.

But God is there. God is at your side and God has never stopped communicating with you. God has continued to walk with you. It’s just that perhaps you’re just tired and knowing that prayer does require energy, going into anything that requires more energy is the last thing you want to do. Reach in within yourself and say “Hi” to God. Acknowledge God’s presence and say whatever you feel you need to say at the moment. It doesn’t matter how long or how brief that moment of prayer is. Just keep praying. Keep talking with God and don’t let your prayers tire you out. Go easy and God will take it from there. Just don’t stop the communication. The well will fill up again.

You are in my prayers and in my heart. Peace and Good. Friar Julio

Cuando el Pozo se Seca

Ese es el título de un libro publicado hace muchos años. Habla de esos momentos en que nos sentimos espiritualmente secos y sin ganas de orar.

Estoy seguro de que todos nos hemos sentido así alguna vez. Quizás muchas veces a lo largo de nuestra vida. Parece que simplemente no tenemos la energía ni el tiempo para orar. Nos sentimos vacíos. Sin el deseo de conversar con Dios. ¿Significa esto que hay algo mal espiritualmente? ¿O que somos débiles en la fe? ¡Para nada! Le pasa a prácticamente todo el mundo y, en cierto sentido, es natural.

Verán, vivimos vidas muy ocupadas y dedicamos mucha energía a todo lo que necesitamos y queremos hacer. Y a veces simplemente nos quedamos sin energía. Ahora bien, cuando a eso le sumamos las expectativas que podemos tener sobre la oración, como que mi oración siempre debe estar llena de energía y que necesito dedicarle un tiempo específico, eso puede contribuir a mi reticencia a orar. Lo mejor es dejar ir esas expectativas y conectar con la sequedad que sientes.

La mejor manera de salir de este estado de sequedad espiritual es seguir orando incluso cuando no tengas ganas. Simplifica tu oración, pero sigue orando. Hazle saber a Dios que te sientes seco por dentro y que te cuesta entrar en oración. Hazle saber a Dios lo cansado que estás por todas las responsabilidades que tienes que atender, pero sigue hablando con Dios, sigue orando por breve que sea la oración. Mantén la comunicación con Dios. Es cuando simplemente dejamos de orar por un tiempo prolongado que la sequedad aumenta y empezamos a sentirnos lejos de Dios. Cuando nos sentimos así, a veces creamos aún más distancia de Él.

Pero Dios está ahí. Dios está a tu lado y nunca ha dejado de comunicarse contigo. Dios ha seguido caminando contigo. Es solo que quizás estás cansado y, sabiendo que la oración requiere energía, dedicarte a algo que la requiera es lo último que quieres hacer. Busca en tu interior y saluda a Dios. Reconoce su presencia y di lo que sientas que necesitas decir en ese momento. No importa cuán largo o breve sea ese momento de oración. Simplemente sigue orando. Sigue hablando con Dios y no dejes que tus oraciones te cansen. Tómatelo con calma y Dios se encargará del resto. Simplemente no dejes de comunicarte. El pozo se llenará de nuevo.

Están en mis oraciones y en mi corazón.
Paz y bien. Fray Julio